Djibouti, es uno de los países más pequeños de Africa, con un área de 23,200 kilómetros cuadrados y una población de 1.12 millones, que crece en un 1.4% anual.
La fortaleza de Djibouti reside en su ubicación estratégica en la entrada meridional del Mar Rojo, que sirve de puente entre África y Medio Oriente. Adyacente a algunas de las rutas marítimas más transitadas del mundo (entre Asia y Europa).
Su economía está impulsada por uno de los complejos portuarios más sofisticados del mundo. De hecho, se ha convertido en un centro logístico regional, facilitando el comercio para países sin acceso directo al mar en la región del Cuerno de África. Sus infraestructuras portuarias y su posición estratégica lo convierten en un lugar clave para la transferencia de mercancías.
El tamaño de su economía limita su capacidad de diversificar la producción y aumenta su dependencia en los mercados extranjeros, causando una fuerte vulnerabilidad a las crisis del mercado.
Con aproximadamente 3,000 hectáreas cultivables (0,1% de su superficie total) y una precipitación media anual de sólo 226 milímetros, Djibouti depende casi totalmente de las importaciones para satisfacer sus necesidades alimentarias.
Principales productos de exportación: Alcohol etílico sin desnaturalizar, extracto de malta; preparaciones alimenticias de harina, grañones, teléfonos móviles y otras redes inalámbricas, entre otros.
Principales productos de importación: Tornillos, tuercas y artículos similares, equipos de encendido, entre otros.