Omán es un país de ingreso medio que depende en gran medida de sus recursos petroleros. Gracias a su ubicación geográfica, el Sultanato se ha convertido en un punto estratégico para inversionistas y exportadores. El país se caracteriza por ofrecer un panorama tanto social como políticamente estable, un marco legal flexible, excelente infraestructura, fuerza laboral jóven y capacitada, acuerdos de cooperación regionales y políticas de libre mercado.

En los últimos años, la relativa escasez de hidrocarburos ha impulsado políticas de diversificación del gobierno. Los esfuerzos se centran en favorecer la inversión privada, tanto a nivel nacional e internacional como motor impulsor del desarrollo económico, especialmente en los sectores industrial (principalmente la petroquímica), tecnología de la información, turismo (centrado en el subsector de lujo) y energía, agua, gestión de residuos y tratamiento de aguas.

Por otro lado, a través de la inversión extranjera el Gobierno también pretende obtener transferencias de tecnología, crear empleo y mejorar la formación técnica y profesional de sus trabajadores.

Principales productos de exportación: vehículos, transmisores/receptores de voz, cinta de polietileno, pigmentos de titanio y equipos frigorificos.

Principales productos de importación: úrea, frenos para vehículos, películas de plástico, mármool y polipropileno.